Colegio Institucion Generalisimo Franco de Cadiz

Publicado: octubre 30, 2012 en mis experiencias
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Aquí estudie mis tres años de Técnico de Empresas Turísticas, después de haber pasado el bachiller superior en el colegio S. Vicente de Paul y el Preu en el Instituto Santa María del Rosario.

Fueron unos años diferentes, tenía clases solamente por las tardes, desde las cuatro hasta las nueve y media. La escuela de turismo estaba  situada en la planta baja entrando por la derecha del gran edificio, no me acuerdo del nombre de ninguna hermana pues tuve poco contacto con ellas aunque si me acuerdo de D. Julio que nos daba Contabilidad, de Mercedes que  nos daba Geografía, de Amanda que era Guía Turístico y además tenia una boutique de ropa en la calle San José. Don Enrique del Castillo era mi profesor de Derecho y digamos que jefe de estudios.

Tengo muy buen recuerdo de esos tres años y también tengo algún recuerdo especial del largo pasillo que dividía las clases a un lado y al otro. Siempre estuve en las clases que tenían las ventanas al patio de entrada. Pero sin embargo, sé que el otro lado  era especial.

Allí donde estaba la capilla de alta cúpula, se levantaba hacia años la famosa casa cuna que estaba en las charlas de todas las féminas de la edad de mi madre. Algunas veces me contaba como eran abandonados los niños a las puertas del convento de las hermanas de la Caridad. Otras eran puestos en el torno que había a  la entrada. Y algunos secretos que se guardaban más profundamente porque llevaban nombres y apellidos.

Todo este lugar desapareció el día que estallaron las bombas, a mi madre la cogió en casa, en la plaza Candelaria poniéndose unas medias  y preparándose para salir. Curiosamente debido al estallidos se cayo un tabique a sus espaldas y descubrieron que había una alacena oculta, ni que decir que se quedo al descubierto incluso pudiéndose abril una ventana que dabas a la escalera de mi antigua casa donde nací.

Me hubiese gustado  notar algo en aquellos años, esos llantos que muchas oyeron, pero no fue así; y en esos tiempos yo estaba muy metida en los temas de UFO´s, misterios de la historia y todo lo que tenia que ver con fenómenos paranormales. En realidad nunca han dejado de interesarme.

 DAMADENEGRO   30/10/2012

 

Lo que ocurrió en el lugar:

‘La Casa Cuna’ fue fundada en 1621. Su función era la de acoger a niños recién nacidos llevados por sus madres, ya que no podían sacarlos adelante por cuestiones económicas o, simplemente, por desamor. Estos niños eran educados por monjas, enfermeras y niñeras.

Todo esto fue muy bien durante muchísimos años, hasta que la explosión demolió el hospicio. En los momentos de la explosión, se encontraban numerosos niños dormidos bajo la manutención de las monjas.

Después de la explosión se lograron conseguir algunos cuerpos, otros no se identificaron debido a su destrozo y, por último, hubo algunos cuerpos que ni si quiera se encontraron. Se demolieron enteramente los restos del edificio y comenzó la nueva era del lugar. Así, se construyó la escuela “Institución Generalísimo Franco”, la que actualmente se denomina “Institución Provincial Gaditana”. La “Institución Generalísimo Franco” era una escuela únicamente para el género femenino, algunas alumnas eran internas, otras sólo iban a la escuela sin vivir en aquella escuela. ‘Casualmente’, las habitaciones de estas niñas internas estaban en la misma posición en las que estaban las habitaciones de ‘La Casa Cuna’. A partir de ahí, empezó todo.

Comenzaron a aparecer todo signo de experiencias extrañas. Muchas de las alumnas de allí comentaban que experimentaban con sus sentidos llantos de bebés, presencias, niños correteando, sombras, puertas que se cerraban sin procedimiento humano y campanas que sonaban, de nuevo, sin que nadie las tocara. Algunos alumnos también han comentado que veían los espectros de una monja vestida como antiguamente. ¿Para qué mentir si no iban a ganar nada? Además, he tenido testimonios personales de familiares que estuvieron en aquella escuela y han afirmado que allí sí había gato encerrado. Se oían cosas, eso es innegable.

Más tarde, sobre los años 90, el edificio donde se aparecían aquellos fenómenos pasó a ser parte de Radio Onda Litoral. Algunos trabajadores han confirmado que veían por el pasillo a niños correteando a través de los cristales. Cuando miraban por el pasillo directamente, no veían nada. El miedo se apoderaba de ellos, y más sabiendo lo que se había contado sobre ese espacio. Así que hicieron una especie de búsqueda por todo el edificio por si lo que habían visto eran niños de carne y hueso. El resultado de la investigación, como podréis imaginar, fue nulo. Allí no había nadie.

En la actualidad, ya son muchas personas los que han cruzado por el Pabellón Fernando Portillo para entrar a esos pasadizos, donde es posible entrar. El resultado, más por el miedo que por la realidad, ha sido nefasto. Y muchos de estos valientes han dicho notar presencias.

 

 

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