Los colosos de Memnon (Egipto)

Publicado: febrero 22, 2012 en mis experiencias, viajes
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De camino a las necrópolis reales del Imperio Nuevo se alzan dos figuras del faraón Amenhotep III desgastadas por el tiempo. Los griegos le dieron el nombre de colosos de Memnon: el hijo de la aurora. La leyenda contaba que al amanecer, Memnon lloraba su muerte en la guerra de Troya ante su madre. Estas estatuas son los últimos vestigios del templo funerario del faraón y precedían al primer pilono que flanqueaba la entrada. La construcción del templo se debió a su arquitecto favorito: Amenhotep hijo de Hapu, a quien el faraón como muestra de gratitud por su labor constructora le permitió edificar su propio templo funerario en Decir el-Bahari.

La fama de este arquitecto fue tal que en épocas posteriores se le llego a rendir culto como divinidad sanadora, si bien es verdad que su caso no fue el único en Egipto: en el imperio antiguo, el edificador de la pirámide escalonada del Saqqara, recibió ese mismo tratamiento. El templo desapareció debido a su ubicación y los materiales empleados. El hecho de que estuviera en la llanura que el Nilo inundaba anualmente, hizo que se disgregase paulatinamente el ladrillo crudo del que estaba hecho. Además en épocas posteriores el templo fue usado como cantera para otras construcciones.

El viajero italiano Juan Bautista  Belzoni (1778-1823) llego a Egipto en 1814 para fabricar una maquina hidráulica que mejorara la irrigación de los campos. El gobernador de Egipto no acepto el ingenio. Pero Belzoni no se resigno a quedarse sin obtener ningún beneficio de su viaje y aplico su saber a otra empresa: trasladar grandes estatuas. El colosal monumento escogido para probar fortuna fue el busto de Memnon que se encontraba en el lugar que los franceses llamaron Memnonium y que era el Rammeseum.

A ambos lados del trono aparecen grabados diversos temas referentes a la realeza, como el Sema-Tauy. Las diosas protectoras de la monarquía ceñían la cabeza deMemnon.

Los colosos iban tocados con los nemes  (típico de los faraones). En la antigüedad, el coloso más septentrional emitía un sonido parecido al llanto. Junto a una de las piernas de Amenhotep III aparece la estatua que representa a su madre, Mutemuya.

Los visitantes contemplaban asombrados la altura de estas imponentes moles de piedra de 16,6 m.

En la construcción de los colosos se emplearon 2 bloques de cuarcita. Por su composición mineral, se deduce que no provenían de Tebas, sino de una cantera situada cerca de lo que en la actualidad es el Cairo y que fueron trasladados hasta su actual ubicación. El método de transporte de los bloques aun no es muy conocido, aunque si tenemos en cuenta un medio de transporte utilizado en la dinastía XII supondríamos que los bloques fueron transportados en una barca rio arriba y que una vez desembarcados se cargaron en unos trineos que los llevaron hasta su actual emplazamiento.

Un seísmo en el año -27 destruyo el busto del coloso septentrional. A pesar de su deterioro, las estatuas siguieron atrayendo a muchos viajeros. A la salida del sol, las grietas provocadas por el terremoto se dilataban produciendo un sonido similar al llanto. Este fenómeno llego a ser tan celebre en la antigüedad que atrajo a numerosos historiadores, geógrafos e incluso emperadores que dejaron constancia de su visita en libros o estampando su rubrica en las estatuas. En el siglo II de nuestra era, una restauración callo para siempre los llantos, pero no por eso se resto majestuosidad a los colosos

Las majestuosas estatuas del faraón  Aamenhotep III han perdido partes importantes de su conjunto debido a la erosión, la acción del hombre, los seísmos y la acción constante de agentes meteorológicos que ha ido alisando su superficie. Con todo, el entorno natural es tal vez lo que más se ha alterado. 

©Foro Egipto

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